
Aun, no sé
Aun, no sé. La primera luz que se asomó a mi rostro de exquisito semblante divino mostró afligida tristeza, el gemido de su alma ocultaba algo, parecía sufrir. Crecía mi cuerpo y crecía el dolor de su presencia, me dolía, los problemas vivían en mi vida, la atormentaban, la mataban, tanta felicidad desvanecida en mi sueño, tan insólito. Nunca sentí tu protección.
En realidad no sabemos nada. Pretendemos fingir al poder decir que sabemos el por qué, somos consientes de que la ignorancia nos ha hecho creer que podemos tener en mente la verdad, pero la verdad de la verdad no es lo correcto, trágicamente no existe una verdad, aun escuche: -“Nuestra vida es obra de nuestros pensamientos: si tenemos pensamientos felices, seremos felices, si tenemos pensamientos desdichados, seremos desdichados, si tenemos pensamientos temerosos, tendremos miedo, si tenemos pensamientos enfermizos, caeremos enfermos, si pensamos en el fracaso, seguramente fracasaremos, y si nos dedicamos a compadecernos, todo el mundo huirá de nosotros" al parecer la pantalla que visualiza ilusamente el hombre ocasiona que los sentimientos encontrados a lo largo de la vida sean simplemente sentimientos, ya que lo sentimientos desaparecen en algún momento, de la nada. Lloramos y reímos en un instante que no merece las lágrimas, ni la sonrisa del hombre, toda ocasión merece aquel sufrimiento, pero nos negamos, y solo queda decirlo. La razón nos lleva a pensar que somos seres racionales, y la verdad no sabemos que somos ni de donde somos, la mezcla de teorías y relatos que nos confunde y que simplemente queda morir para encontrar la única verdad, mas allá de la felicidad, mas allá de la alegría, mas allá de todo lo que podemos ver y sentir, al pensarlo mejor, no sentimos nada, creemos sentir, creemos ver, creemos muchas cosas que no son reales, o quizás que no son verdades, buscamos verdad, y encontramos mentira, y de esta manera creamos un núcleo tan concentrado de ideas y pensamientos que no valen decirlos, pero en fin, igual los creemos.
Parece pensar que nos aferramos a ser devotos de lo falso, aun no sé…
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