lunes, 16 de junio de 2008

Un mundo Distinto

AnglAnglAnglAnglAnglAnglAnglAnglAnglAnglAnglAnglAnglAnglAnglAnglAnglAnglAnglAngl

Un Mundo Distinto

El hombre se levantó de la cama con la vibración del celular, la alarma por fin había sonado a tiempo, mirar un velador debajo de un dulce cristal, buscar sus pantuflas, entró a la ducha exorbitante por un baño y duró tan solo unos minutos bajo las frías gotas como su vida, que parecían todo menos eso. Salió y se vistió, echarse en su cama, de nuevo, y pensar en un hoy, cuantas veces hubiera preferido quedarse dormido.

Ahora camina a su coche, con paso apresurado y chocando con las personas, indiferentes ni siquiera lo miran. Enciende el motor con dificultad, el clima frío no beneficia a nadie, iba a su delirio, a su trabajo, se sienta en el sillón de imitación piel, si algún animal tuviera ese tono específico de color estaría en cualquier lugar menos ahí.

La secretaria entra y le entrega una hoja con las citas del día, el ministro de Inglaterra había llegado, después ir a comer con su ex esposa, más consultas, verificar su estado de cuenta, hablar con su hijo, tratar de sellar un negocio, más problemas y su esposa le reclama su infidelidad, él ama a otra.

Suspiró y tomó el café que también había dejado en el escritorio la mujer, estaba frió, por que aun no lo había tomado, o no se acuerda, o no me acuerdo. Llegó a su departamento, se bañó, ahora entró en la tina y tardó al menos una hora. Salió y se recostó, acomodó la alarma del celular, y cambió a modo de vibración.

Y su mente se desvaneció, un mundo diferente, una vida distinta, un sueño utópico, un instante triste pero obligado, una mañana y no despertar jamás, un sol tan inmenso q no alumbra, una noche eterna y aquella luna que no existe, un amor en vano y un amor inmortal, aquella felicidad q aguarda, que espera, que irónicamente lo ama y lo mata, lo sé.

-Es hora de cazar, ¡despierta y levántate!
-No quiero, estoy cansado de lo mismo de siempre.
-Siempre estás soñando con un mundo falso, pero la realidad es esta y tienes que aceptarlo.

La orden fue clara y precisa, colocó sus tentáculos dentro de su tórax y reactivó los órganos. Sus patas se alargaron y se levantó. Entró a un pequeño pozo de aguas cristalinas y tomó un mosco, lo acercó y lo introdujo en su enorme oído central. Buscó uno de los humanos que estaban enredados en los árboles, le arrancó un brazo y empezó a limpiarse los colmillos con él.

La noche anterior había cazado un par de piedras, de las que tenían fuego y alas, el esfuerzo era demasiado para alguien de su edad, y con tantos descendientes. Aún así, podría cazar de nuevo, esas piedras con alas tenían demasiados nutrientes, el fuego ayudaba a que sus órganos no se desintegraran y las alas tenían ese sabor agrio que tanto le fascinaba.

En los instantes que podía solo flotar sobre las pequeñas montañas, le gustaba imaginar que era un hombre, que tenía una vida bastante irreal, que su trabajo era diferente, que podía comer cosas que no intentaran escapar ni se escondieran entre las nubes.

Pero se cansaba de pensarlo y de que todos se burlaran de el, si lo pensaba bien, no podía pasar toda su existencia soñando con cosas fuera de su alcance, además, cosas tan complejas.

Su mente necesitaba ser reemplazada.

Sacó con cuidado al mosco de su oído, le agradeció por su ayuda y lo colocó en el pozo.

Buscó entre el pasto amarillo, y encontró una roca filosa, no de las comestibles, y cortó finamente sobre su pecho, metió la mano, arrancó un órgano simétrico, con bordes duros y centro pegajoso. Lo depositó en el suelo y dejó de soñar.

Con el resto de los órganos pensó un poco, aún podía hacerlo bien, considerando que su mente estaba fuera de su organismo, lo analizó lo mejor que pudo, y consiguió una solución a su problema de los sueños inalcanzables, dejaría que su mente se deshidratara en el suelo, podía funcionar normalmente sin ella, solo sería cuestión de forzar sus instintos y sentidos para que le avisaran de los peligros y ayudaran con la caza diaria.

Era más sencillo existir alejado de tantos sueños, sin anhelar tantas cosas imposibles, sin desear aquello para lo que no estaba hecho.

No importaba si sus emociones tampoco funcionaran, era un sacrificio grande, pero no soportaba un día más soñando, no importaba la felicidad, importaba su pasado o tal vez un futuro, en fin, un mundo diferente.



No hay comentarios: