martes, 20 de noviembre de 2007

Puaj!...


Los miro, los bebo, los tengo. Están, estuvieron, estarán. Son de calcio derretido por la naturaleza de su ser, saben que el descaro de sus muecas crispa mi desamanecer, se cuelan entre las ropas como intrusos, se echan a dormir en las hojas como asesinos, tratan de cubrir con mantos de verano el invierno de los fríos temores. Son inocentes esclavos del desquicio de mi mirada, en cuclillas, epidémicos, esperan la penumbra de la madrugada para escaparse lejos de mí. Atraviesan la ventana, las rejas, la noche y me dejan a tres mil aguas, convertido en un charco, en las sábanas. Luego se ponen un ridículo frac de pajas y van a bailar con las solitarias estrellas. Desenamorados, con los pies mal pisados, hacen algo de tiempo entablando una conversación, infectada de silencios con la delirante luna, explotan el coloquio con palabras de cautivos. (caracol, sortilegio, desmundo, ectropión, septicemia, Lucas, ábacos, espiroquetas, esperas, desesperas, ylados, evadirmoshedos, Aripnadimá, fantasmático, espasmaduro, conciencia, sinciencia, el de ojos largos y pelo marrón, absidia, criminalistica inocentis, resaca de bestia, frigidez dezneuronal, estiercoleo, murondo, trelemundo, cacarne, putrono, patancha, malaque, intermofanclar, Damián, yanostán, meretuercebastián, pitrica, celofán, calefón, pajacida, semen magiardor, calesita digital, caricia oftalmológica, intragemidón kinesiorrealico, pucheristas, repentado, polijamacanón, corchotopus lauco, enamordimiento, manostálgia, nhombres, distansias... por último se van de allí extasiados, corriendo por el filo de la saliva, resbalan en la meseta de algún planeta, desvelan por unos instantes la cal de su osteoporosis, más tarde (siempre por último) se dejan elevar en un torrente de aguartrósis, huyen en los desagües, presos de un retorno crepuscular, esperan que la luna se suicide, que el sol aparezca en las alturas arrastrando su cadena, es en ese mismísimo momento cuando escalan la alcantarilla y serpentean hasta mí, hasta aquí....., suelen arribar a mi descuerpo, justo antes que empiecen a bostezar mis párpados, flaqueando en el tiempo arañan las frazadas, ese despiadado nylon que los deja a la deriva.Realmente les digo, no quiero ni pensarlo, pero sí un día se llegaran a retrasar, o acaso las fuerzas fallan y no me pueden alcanzar. Ese día seré nada menos nada multiplicado por las ganas, tan sólo una fracción masturbicida haciéndose sombra en los bombínes, frente a una frente invadida de princifines, quedaré forro de pieles, con la sangre seca improvisándose como un colchón, pirateando hogares en hoteles, los órganos vacíos e infieles se borran desmayándose por el canto de la cama, el cerebro aguarda en la almohada mientras el corazón se va, gritándole "siempre aquí, ¿para qué?, vámonos".Y yo pienso: son las 10 para las 10, los órganos se han amotinado en la derrota de mis venas, tan tarde y no han venido, pero no te preocupes, hoy me han abandonado hasta los huesos
Ángel Rodríguez

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