
En la órbita existencial, que se esfuma,
Entro, rasguño, penetro…
¿O me elevo?
¿O quizás desciendo a mis pensamientos?
¿O a mi interior?
¡Que mas da si mi existencia es pura espuma de marea!
Que un instante se eleva sobre una cresta
Y al otro es bruma…
Ocaso gris…
Polvo o húmeda arena.
Y no entiendo de la vida su incongruencia,
Río cuando duele una pena.
Solo para disimular con los de afuera.
Callo cuando quisiera gritar
Con las ventanas abiertas.
Y se dibuja en mi interior…
Otros colores…
Otros tonos…
Otros tiempo…
Y la imaginación me eleva, quizás…
Al mundo superior de los encantos…
De los sueños…
Y ya lo que dolía no duele,
Y lo que sangraba en llanto
En dulce canto se transforma.
Y grita a voz en cuello,
El ave fénix desde adentro.
Y de la misma llaga nacen estrellas.
¡Nuevos sueños!
(¡Bendita imaginación, después de todo es mi triunfo y mi condena!)
Y se derraman las venas en poemas,
En un flujo constante de marea
Húmeda soledad hecha versos;
Playa quejumbrosa
Que contrasta con el sol de una promesa,
Y broncea de gloria mi existencia.
Y me elevo ¡más allá!
De esta carne que rige
Que limita…
Y la esperanza derrota a las penas.
Porque su triunfo es mi condena…
Elevarme más allá de esta marea.
Y encontrar el camino a las estrellas,
Desde adentro hacia fuera.
De la nada al todo…
Del dolor a la gloria…
Del llanto a la risa…
Y en el silencio…
Oír…
El sonido de Dios…
Silbando suave…
La canción del amor…
¡Llenándome por dentro!
Ángel Rodríguez
Entro, rasguño, penetro…
¿O me elevo?
¿O quizás desciendo a mis pensamientos?
¿O a mi interior?
¡Que mas da si mi existencia es pura espuma de marea!
Que un instante se eleva sobre una cresta
Y al otro es bruma…
Ocaso gris…
Polvo o húmeda arena.
Y no entiendo de la vida su incongruencia,
Río cuando duele una pena.
Solo para disimular con los de afuera.
Callo cuando quisiera gritar
Con las ventanas abiertas.
Y se dibuja en mi interior…
Otros colores…
Otros tonos…
Otros tiempo…
Y la imaginación me eleva, quizás…
Al mundo superior de los encantos…
De los sueños…
Y ya lo que dolía no duele,
Y lo que sangraba en llanto
En dulce canto se transforma.
Y grita a voz en cuello,
El ave fénix desde adentro.
Y de la misma llaga nacen estrellas.
¡Nuevos sueños!
(¡Bendita imaginación, después de todo es mi triunfo y mi condena!)
Y se derraman las venas en poemas,
En un flujo constante de marea
Húmeda soledad hecha versos;
Playa quejumbrosa
Que contrasta con el sol de una promesa,
Y broncea de gloria mi existencia.
Y me elevo ¡más allá!
De esta carne que rige
Que limita…
Y la esperanza derrota a las penas.
Porque su triunfo es mi condena…
Elevarme más allá de esta marea.
Y encontrar el camino a las estrellas,
Desde adentro hacia fuera.
De la nada al todo…
Del dolor a la gloria…
Del llanto a la risa…
Y en el silencio…
Oír…
El sonido de Dios…
Silbando suave…
La canción del amor…
¡Llenándome por dentro!
Ángel Rodríguez
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